Parco dei Mostri (28-02-14)

El Parco dei Mostri (o Parque de los Monstruos) tiene una historia curiosa; originalmente se llamaba Bosque Sagrado, y eran los jardines del Palacio de los Orsini. El cabeza de familia construyó los jardines pensando en maravillar a los cortesanos de la época, pero con la desaparición de esta familia cayó en el olvido y con el descuido y el abandono aquel lugar mágico se fue convirtiendo en un bosquecillo lleno de bestias aterradoras, por lo que los campesinos lo llamaron el Parque de los Monstruos. Finalmente en el s.XX el parque fue redescubierto y restaurado para poner a la vista de todo el mundo.

El parque estaba a las afueras de un pueblo llamado Bomarzo, por donde dimos un tremendo rodeo para llegar a él, pero como el pueblo tiene ese encanto de los pueblos del Lazio, tampoco importó.



 Por suerte o por desgracia, comenzó a caer una fuerte lluvia en cuanto pisamos los alrededores del parque. Aunque, en mi opinión, creo que eso potenciaba la imagen de fantasía.

La entrada del parque, que ya muestra signos de fantasía y abandono.

La primera ruta era un camino con bustos a ambos lados de diferentes deidades y con diferentes inscripciones.



Proteo y Glauco, el pescador que después de comer unas hierbas mágicas se convirtió en monstruo marino.

Una cascada.

La esfinge con una inscripción casi desaparecida debajo.

Un relieve de un conjunto derruido por el paso del tiempo.

Hércules y Caco peleando. Cabe decir que esta escultura es, como todas las del parque, de dimensiones monumentales.


Diferentes perspectivas de la Ballena. La verdad es que este parque es una mina para la gente que quiera practicar fotografía, ojalá pudiera volver.


Los caminos eran mágicos, todos llenos de figuras deshechas por el clima y cubiertas de musgo y vegetación. Parecía un jardín de Hadas o algo así.



La casa inclinada. Me fue absolutamente imposible hacerle una foto donde no pareciera que la inclinada era yo. Por lo visto la casa fue proyectada y construida inclinada a posta, para marear a los invitados que la visitaran pensando que era un lugar de reposo en la caminata por el jardín.

Neptuno.

El elefante.

El orco, y con More haciendo el capullo en su boca para que os hagáis una idea de las dimensiones de las esculturas. Dentro había un pequeño espacio con una mesita de piedra donde aprovechamos para almorzar unos bollitos y unos zumos, y refugiarnos de la lluvia que arreciaba.

Un asiento etrusco.

Perséfone dormida. Desgraciadamente ya no queda nada de su rostro.

Una sirena abierta de patas. Que nooo que es una sirena con dos colas. Pero a mí me parece un poco porno.

Otra sirena.

Plaza de los vasos, en un par de fotos se verá mejor.



Templete. Creo que era un sepulcro, pero no estoy segura.


La salida del parque.


La visita fue mágica, y más teniendo en cuenta que debido al tiempo estábamos completamente solos allí, excepto por un par de albañiles que estaban haciendo trabajo de mantenimiento a algunas figuras del parque (por eso la escalera metálica de la casa inclinada, que le queda como a un santo dos pistolas). En fin, eso, la lluvia, que sólo se escuchara el viento sonando entre las hojas y el riachuelo... fue precioso. Recomiendo ferviertemente la visita. Además, documentándome he visto que el parque se puede reservar y hacer visitas nocturnas, ¿os imagináis una partida de rol en vivo de Mundo de Tinieblas allí? Dios, sólo de pensarlo se me pone la piel de gallina. 

En fin, espero que hayáis disfrutado de la visita virtual.